Dos notas publicadas el 09/08 en Primera Edición

Llega a Posadas una muestra imperdible

Desde el 19 de agosto y por un mes aproximadamente estará por primera vez en Misiones la famosa y centenaria colección de mates de porcelana de Ildefonso Suescun, que recorre las grandes capitales del mundo y el año pasado causó un notable revuelo durante su exposición en Buenos Aires. En total llegarán al Centro del Conocimiento de Posadas 150 piezas de esa colección, en una muestra que se completará con otras reliquias y piezas peculiares con las que cuentan distintos establecimientos de nuestra región y también toda la gama de productos y piezas de arte vinculados al producto madre misionero (artesanías, vitrofusión y otros elementos) que hoy se nuclean en torno a la Ruta de la Yerba Mate.El impulsor y referente de este emprendimiento -a través del cual se concretará también la exposición- destacó el impulso que tomó en la provincia la difusión de la historia y las tradiciones relativas a la yerba en los últimos tiempos, hasta el punto de que al pionero Museo Szychoski de La Cachuera (en Apóstoles) se le están sumando alternativas similares en otros puntos de Misiones, como el Museo Imhof en Eldorado, el de Piporé en Santo Pipó o el de la Cooperativa Agrícola de Montecarlo, entre otros, todos ellos asociados a la Ruta de la Yerba Mate. 

La colección Suescun
La colección -que llega de forma parcial a Posadas- está compuesta por mates de porcelana fabricados en Europa entre 1880 hasta la década del 40 para la incipiente burguesía criolla, mayoritariamente extranjera y brinda una idea clara de que el mate está presente a lo largo de la historia argentina. Fue iniciada por Ildefonso Suescun, quien vivió en Villa Ascasubi (Córdoba). En los años 40 guardó el primer mate, del almacén de ramos generales de su padre, el vasco Juan Suescun. Con su esposa, María Dolores Benard, incrementó la colección y luego su hijo Oscar continuó con esta pasión. Llegó a reunir más de 600 mates de porcelana, que donó a la Fundación Doctor Eduardo A. Durini. El año pasado generó una gran repercusión cuando estuvo en exhibición en el Museo de Arte Popular José Hernández, en la Capital Federal. Los mates de porcelana fueron objetos preciados por la nueva clase alta porteña criolla, que buscó asimilarse a los modos y comportamientos del nuevo medio social. El mate estuvo en las tertulias, en la Revolución de Mayo, en los inmigrantes que en gran número poblaron Misiones...La mayoría de los mates de porcelana provenían de fábricas de Alemania y de la entonces Checoslovaquia. Otros venían de Inglaterra, Holanda, Francia, Finlandia (estos son modernos, posteriores a 1950), Austria e incluso Japón. Eran importados por comerciantes y se vendían en bazares, mueblerías e incluso pinturerías y tiendas de consumo.

“La yerba aporta el valor tangible que necesita nuestro turismo”

• El impulsor de la Ruta de la Yerba Mate, Alejandro Gruber, considera que “además de los atractivos y los servicios, el visitante debe poder llevarse algo en las manos” •
POSADAS. “La Ruta de la Yerba Mate une dos provincias, Misiones y el norte de Corrientes, y constituye un área turística mayor que cualquier otro destino”. Así presenta este proyecto en franco crecimiento su inspirador y guía, el joven empresario local Alejandro Gruber, quien también remarca las posibilidades económicas que su desarrollo generará en la provincia y la consideración que ya tiene oficialmente desde el Gobierno nacional como “marca argentina” y “producto cultural del país”, que la proyectan de forma decisiva al exterior.“En Misiones, turísticamente todo depende del empuje de las Cataratas de Iguazú, pero hay muchos viajeros -cada vez más- interesados específicamente en lo gastronómico o en otros aspectos, es por eso que la Ruta de la Yerba Mate resulta un destino más grande que cataratas o (los esteros del) Iberá, por poner un ejemplo correntino”, agregó el emprendedor.  La intención es convertir esta Ruta en una oferta “tangible e intangible al mismo tiempo, compuesta por servicios turísticos y productos en base a la yerba, que conjuguen recorrer y consumir, que es lo que no se agota, porque una persona puede venir una, dos, tres veces si le gusta mucho, pero no más; en cambio, si se lleva algo tangible, ya es otra cosa, porque perdura en el tiempo y lo va a buscar también en su lugar de origen. Hay que entender esto como una oportunidad de crecimiento para la actividad en Misiones”, apuntó Gruber. En este sentido, “hay operadores de turismo dentro de la asociación que promueven la Ruta y están creados varios circuitos diferentes que ofrecen esos operadores y que también se difunden por Internet para que cada uno vaya como quiera”. Incluso se produjo un video de la Ruta de la Yerba Mate para difundirla en los colectivos de dos empresas asociadas a ella en cada viaje que realizan. Y poco a poco, en función del aporte que pueden ir haciendo las distintas firmas que componen el emprendimiento -ante la falta de apoyo oficial en este terreno- se va consolidando la señalización y la cartelería de los lugares y los circuitos que componen la Ruta de la Yerba Mate.

De Misiones y Corrientes al mundo

Inicialmente eran ocho los circuitos que se ofrecían al visitante, sobre todo en función de las regiones geográficas y organizados por los propios socios; ahora son doce, incluidos paseos y excursiones, y que engloban también al sector en Puerto Iguazú, que “al principio se había quedado con la oferta tradicional pero ahora ven las oportunidades que ofrece la Ruta de la Yerba Mate”, reveló Gruber. En el plano gastronómico, cada establecimiento que integra la Ruta está obligado a ofrecer a sus clientes dentro de sus cartas habituales un menú básico con al menos una entrada, un plato principal, un postre, una bebida alcohólica y otra sin alcohol que en su preparación incluyan la yerba mate, aunque cada bar o restaurante es libre de ampliar esa carta e ir incorporando nuevas especialidades, en busca de la mayor diversidad de marcas y sabores en cada producto.En este terreno cabe destacar el llamado “tereré cóctel”, un preparado de licor de yerba mate con menta al que se le agrega hielo y una gaseosa sabor lima-limón, que ya fue presentado por su creador en distintos certámenes gastronómicos del país, en representación de la Ruta. Pero también -además de decenas de platos diferentes- se están consolidando de manera industrial alimentos de consumo autónomo y masivo como los alfajores o el helado de yerba. Además, en el mercado ya existen 180 productos diferentes de merchandising, desde souvenirs, herramientas de oficina y herramientas para gastronomía (platos, tazas, etcétera) hasta libros, de todo tipo, que apuestan a difundir la historia y el proceso de la yerba, porque “los europeos -y los extranjeros en general- son muy amantes de eso”, recalcó el presidente de la asociación. A ello se suman las investigaciones que se vienen realizando en el ámbito de la cosmética y que ya dieron como resultado varios elementos que están en el mercado, como perfumes, cremas o jabones de yerba mate. De hecho -recalca Gruber- estos últimos ya eran utilizados por los guaraníes en la época colonial. En cuanto a la difusión internacional, el referente de la Ruta de la Yerba Mate destacó que “los jóvenes europeos y americanos están volviendo a consumir el producto por sus propiedades en materia de salud (antioxidantes, polifenoles) y sobre todo en el ambiente universitario, en busca de un producto estimulante para las noches de estudio pero menos agresivo para su organismo que el café, por ejemplo”.Pero la promoción a nivel mundial encontró también aliados inesperados: Gruber refleja su satisfacción -pero sobre todo su sorpresa- cuando se enteró de que la cantante Madonna “declaró públicamente que toma un energizante con base de yerba mate y té verde antes de sus recitales o cuando en un cómic de Batman apareció Alfred sirviendo un mate cocido a Bruno”. 

“Recuperar espacios perdidos”
Ahora “tenemos una fuerte apuesta a recuperar espacios perdidos” por la yerba mate en la sociedad argentina, comentó Alejandro Gruber, quien recordó que ese producto “fue de clase alta hasta las primeras inmigraciones. Después quedó como bebida popular y cayó el consumo tradicional (el mate cebado) y quedó más el consumo en saquitos. Recuperar ese antiguo prestigio sería buenísimo, no sólo para la Ruta sino para la yerba en sí, por la apertura de mercados para el producto”.En este objetivo se enmarca, por ejemplo, el desembarco en Posadas de una colección histórica de mates de porcelana que está recorriendo el mundo y donde llega llama la atención por su interés artístico y por su contenido histórico y tradicional (ver aparte). Pero también se anunció, para mayo de 2011, la realización en el Centro del Conocimiento del Congreso Sudamericano de la Yerba Mate. Otro desafío trazado desde la Ruta de la Yerba es incorporar a ella a los pueblos originarios. Un proyecto de la asociación en este sentido ya ganó un premio internacional que fomenta el turismo sustentable y “ahora estamos esperando la plata para aplicarlo”, adelantó Gruber, quien remarcó el hecho de que “actualmente sólo hay una comunidad aborigen, en Aristóbulo del Valle”, que trabaja con el producto madre de Misiones y la intención es sumar al menos a cuatro más, que, por ejemplo, puedan “mostrar al público sus rituales, establecer puntos de exposición y venta en conjunto, mejorar las condiciones de las aldeas para atraer el turismo, pero sobre todo nos interesa ver si podemos conseguir que vuelvan al cultivo de la yerba” que las caracterizó en el período jesuítico.    

Juntos son más
Más de 170 empresas e instituciones están nucleadas ya en la Ruta de la Yerba Mate como socios activos, a los que hay que sumar a los adherentes educativos, científicos, etcétera. De ellos, la mayoría son de Misiones, algo lógico teniendo en cuenta que aquí se concentra el 90% de la actividad yerbatera del país, pero también participan firmas de Corrientes. En el territorio provincial hay una distribución muy homogénea de los emprendimientos adheridos a la Ruta, aseguró su referente. La comisión directiva de la asociación está integrada por 16 miembros que representan a todos los rubros de la cadena productiva y de su explotación comercial y turística, desde cooperativas y empresas yerbateras hasta establecimientos gastronómicos, hoteleros, estancias, eco-lodges y empresas de viajes y turismo. “La parte oficial puede sumarse como colaborador, pero no como socio, porque se pretende mantener la autonomía. La apuesta es a las firmas privadas, que están participando mucho, y a las cooperativas, que dan su aporte natural al trabajo en equipo. Al poder político sólo le pedimos difusión, no financiación”, recalcó Gruber.

Fuente: Primeraedicionweb