Conferencia "Los Orígenes del Mate en la región misionera" DÍA NACIONAL DEL MATE 30 Noviembre 10 hs. Palacio del Mate - Posadas

Organizan: 
Sociedad Argentina de Escritores de Misiones y Apuntes de Yerba Mate con la Municipalidad de Posadas y la Asociación Ruta de la Yerba Mate Argentina

Gacetilla de Prensa
Historiador misionero hablará de los orígenes de la yerba mate en nuestra región
Invitado por la Sociedad Argentina de Escritores filial Misiones y la revista Apuntes de Yerba y Mate, el historiador misionero Oscar Daniel Cantero dará una charla el miércoles a las diez en el Palacio del Mate, sobre los orígenes de la yerba mate en la región misionera, desde los payé guaraníes en sus rituales hasta nuestros días, abordando también la actividad en la época de los jesuitas.

Se trata de una conferencia que está enmarcada en la celebración del Día Nacional del Mate, que se realizará con diferentes propuestas culturales, y que cuenta con la adhesión de la Asociación de la Ruta de la Yerba Mate y la Municipalidad de Posadas, así como de numerosos referentes de la cultura matera, como Cachapé Viajero, el Museo Szychowski y los Amigos del Mate, entre otros.

El mate, como eje articulador de la historia misionera
 De acuerdo a lo manifestado por el disertante, -coautor junto a Jorge Francisco Machón de uno de los libros de Historia más leídos de Misiones, "Andrés Guacurarí y Artigas"-, la yerba ya era conocida desde tiempos inmemoriales por los pueblos originarios. Hay testimonios de que el polvo era utilizado por los payé guaraníes en sus rituales, y también de que era consumida como bebida refrescante y estimulante mezclada con agua en una pequeña calabaza (de donde deriva la palabra mate). Cabe la posibilidad de que hayan utilizado como sorbete una caña o tacuara. Tal el origen del tereré, pero no aún del mate, ya que no tenemos certeza de que se haya ingerido la bebida caliente antes del arribo de los europeos en la primera mitad del siglo XVI. 
Esta “yerba del Paraguay”, luego llamada “yerba mate” primeramente fue rechazada por los primeros españoles en llegar a nuestra región, quienes fueron testigos del hábito en la zona de Asunción del Paraguay. Por su asociación a los rituales religiosos indígenas, fue considerada como una sustancia demoníaca. Para el colonizador, era un hábito de salvajes, poco higiénico y favorecedor de la holgazanería. Pero la región guaranítica fue cuna de mestizajes de todo tipo. Por ello pronto los hijos de estos primeros conquistadores (cuyas madres en casi todos los casos eran mujeres guaraníes) adquirieron el hábito, e incluso lo difundieron por todo el Litoral, a lo largo de las ciudades que fueron fundando: Santa Fe, Buenos Aires y Corrientes. Y con ello, la yerba dejó de ser un mero hábito local para convertirse en una rentable actividad económica. 

La yerba, en época de los Jesuitas
 El historiador misionero manifestó que también abordará en su charla la dificultad que implicaba la obtención de la yerba en aquella época, pues ésta crecía en manchones en zonas inhóspitas, selváticas, de relieves quebrados y alejados de los ríos, lo que hizo que las condiciones de explotación de la mano de obra indígena fuera brutal. "La tan tristemente famosa mita minera de Potosí tuvo su equivalente en la feroz mita yerbatera en yerbales como los del Mbaracayú, donde cientos de indígenas pagaron con sus vidas la búsqueda de los primeros yerbateros criollos, los encomenderos de Asunción", señala.

"Posteriormente, los jesuitas lograron aminorar los niveles de explotación laboral, al descubrir el secreto de la germinación de la yerba mate e impulsar, consiguientemente, el desarrollo de yerbales implantados en las Misioens. De hecho, la comercialización de la yerba mate a través de Santa Fe a lo largo de todo el territorio del antiguo Virreinato del Perú (hasta Lima y Quito inclusive) fue fundamental para consolidar el poder de la Compañía de Jesús en la región. Pero también generó un enfrentamiento insalvable con la elite asuncena, a la que le disputaba los mercados y el acceso a la mano de obra guaraní. 
Tras la expulsión de los padres en 1768, el secreto del cultivo de la yerba aparentemente se fue con ellos…" 

De acuerdo a lo adelantado por Cantero, "si pudiéramos reconstruir el árbol genealógico de cualquier tarefero de nuestros días, indudablemente encontraríamos una cadena que empezaría con un mitayo, seguiría con un indio reducido y finalizaría con un mestizo que cambió su apellido originario por uno criollo para evitar la estigmatización. Aunque muchos de ellos hoy se reconocen como descendientes de paraguayos o brasileños, son parte de los sectores populares que poblaron la Gran Misiones desde siempre, para quienes los ríos siempre fueron puentes y no límites".

El historiador
 Oscar Daniel Cantero nació en 1975 en Santo Pipó, Misiones, y cursó sus estudios secundarios en la Escuela Superior de Comercio N° 2 de Jardín América, donde se desempeña como docente desde el año 1999. Es profesor en Historia egresado de la Universidad Nacional de Misiones y Especialista en Investigación Educativa por la Universidad Nacional del Comahue. Es Jefe de Trabajos Prácticos en la cátedra Historia Argentina y Americana I de las carreras de Profesorado y Licenciatura en Historia, de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales, de la UNaM. Es titular de las cátedras Historia Argentina I (Siglo XIX) e Historia Latinoamericana Contemporánea en el Profesorado en Historia del Instituto Superior Antonio Ruiz de Montoya. Es miembro de la Junta de Estudios Históricos de Misiones. Durante diez años, trabajó de manera conjunta con Jorge Francisco Machón, con quien llevó adelante numerosas investigaciones presentadas en congresos nacionales e internacionales. Junto con Machón, editó los siguientes libros: Andrés Guacurarí y Artigas (2006), 1815-1821 Misiones, provincia federal (2008) y Misiones siglo XIX (2014). Participó de varios documentales referidos a la historia regional, destacándose entre ellos Buscando al Comandante Andresito (2012), dirigido por Camilo Gómez Montero y protagonizado por Víctor Heredia.