Hallaron un aljibe jesuita donde se construye planta potabilizadora en la Ruta de la Yerba Mate!

Los jesuitas se establecieron desde la zona del sur de Brasil y llegaban hasta Colón, pasando por Misiones y Corrientes. Ese trayecto era definido como La Ruta de la Yerba Mate en la que toda la producción era trasladada en barcazas hasta Buenos Aires. La zona de elaboración dependía de Yapeyú, y aún cuando los jesuitas se retiraron siguió dependiendo de esa localidad correntina, cuna del padre del padre de la Patria el General José de San Martín.
Domingo 05.08.2018 | Diario El Litoral
La coincidencia se hizo noticia en Concordia. Los responsables del circuito histórico, que recorre la zona ubicada en el parque San Carlos, dieron a conocer un descubrimiento que invita a dar un repaso a la vida de las primeras poblaciones e industrias.
El aljibe encontrado por los responsables del paseo. Foto: Gentileza Municipalidad de Concordia 

Belén Fedullo | redaccion-er@miradorprovincial.com

Esta semana trascendió que en la zona de construcción de la nueva planta potabilizadora de Concordia, hallaron un aljibe. Según indicaron en un informe enviado desde el municipio, fue construido en el Siglo XVIII, por los jesuitas. El descubrimiento no se produjo ahora, si no en 2017, mientras trabajadores que intentan recuperar el área hacían una caminata.

La nueva planta de agua potable para la localidad aún está en proceso y la idea de construirla surgió luego de la primera visita presidencial a Concordia durante diciembre de 2015, momento en que la ciudad padeció una de las peores crecientes en su historia que, entre otras cosas, generó desperfectos en el suministro de agua, debido a que la planta antigua estaba inundada, afectada por la creciente del río Uruguay.

En el momento de crisis, el propio Mauricio Macri anunció que desde Nación enviarían los fondos para la construcción de un nuevo sistema que permitiera renovar la forma de proveer el agua. El plazo estimado para la finalización de obra es de 36 meses.

Las obras comenzaron en 2017 en el lugar conocido como Naranjal de Pereda, ubicado en el parque San Carlos. Un sitio de referencia para los ciudadanos, ya que es un lugar emblemático al momento de recordar la fundación de Concordia. De hecho, casi al mismo tiempo en que daban a conocer el proyecto de obras de construcción, el intendente Enrique Cresto anunció una puesta en valor de las ruinas de edificios que hay allí y conformó un equipo para “recuperar la historia”, con recorridas y relatos para que tanto los habitantes de la localidad, como los turistas, pudieran conocer en detalle la zona y entender el significado de cada ruina de edificios antiguos.

El hallazgo del aljibe se convirtió en un símbolo para los profesionales que intentan recuperar el pasado. Es que entienden que justamente allí, en el mismo lugar que eligieron para construir una obra, que significará un crecimiento en la calidad de agua para los concordienses, tres siglos atrás fueron los jesuitas los que decidieron hacer una construcción con un propósito similar.


Reconstrucción de la historia
Agustín Tamborra, integrante de la dirección municipal de Educación de Concordia, contó: “El año pasado el intendente tuvo la idea de recuperar la zona del Naranjal de Pereda, entonces empezamos a ir al lugar, a estudiarlo. El guardaparque del parque San Carlos, Marcelo Cortiana, nos acompañó a recorrer y él nos contó que halló el aljibe” y agregó que el aljibe tiene forma de gota, es angosto en la parte superior y cuando va haciéndose más profundo se ensancha, una característica muy particular en los aljibes jesuíticos.

Además, no tiene cemento, los ladrillos están apilados y se sostienen de esa manera. Eso refiere a la época de las primeras poblaciones del lugar”, detalló Tamborra.
En el aquel lugar estaba el paraje Ytú, un departamento jesuita que trabajaba con los guaraníes de la zona. “Eso fue aproximadamente entre 1722, cuando ubicamos por primera vez en el mapa el primer paradero Ytú y 1779, cuando se fundó San Antonio del Salto Chico, que fue la primera población anterior a Concordia”, ilustró el joven.

“En el lugar en que está ubicado había dos arroyos que justo se cruzaban en donde está el aljibe, seguramente encontraron que, en épocas de seca, cuando no había tanta agua, ese resultaba un lugar en el que podía construirse un pozo de este estilo, hecho desde abajo hacia arriba”, explicó el funcionario sobre la ubicación del pozo de agua.

Según indicaron desde la dirección de Educación, los jesuitas se establecieron desde la zona del sur de Brasil y llegaban hasta Colón. Ese trayecto era definido como la Ruta de la Yerba Mate, en la que toda la producción era trasladada en barcazas hasta Buenos Aires.

La zona de elaboración dependía de Yapeyú, y aún cuando los jesuitas se retiraron siguió dependiendo de esa localidad correntina, precisamente del padre del general José de San Martín.

La emoción ante el descubrimiento
Marcelo Cortiana, guardaparque de San Carlos, recuerda en detalle lo que sucedió el día en que encontró el aljibe. Conocido en la ciudad por su amor a la naturaleza y sus tareas dentro de los grupos de boy scout, desde que cumple funciones en el histórico parque transformó su rutina para poder conservar ese mítico lugar.

Sobre el hallazgo precisó: “Dentro de las funciones de guardaparque tengo la misión de cuidar y patrullar el lugar. Cuando la municipalidad hizo posesión de esta zona, con el grupo que ideaba los circuitos de la historia recorrimos y empezamos a mirar el lugar para ver cómo estaba. En una de esas recorridas encontramos que, en una parte en donde hay mayor vegetación, había una boca de un pozo”, además rememoró la alegría de haber podido identificar el lugar.

“Desde cuando estaba establecido el paraje Ytú, que estuvo en el 1700, hasta la actualidad, es necesario conocer nuestra historia e ir rearmando a partir de estas sorpresas nuestro relato para las generaciones venideras”, concluyó el guardaparque.

Proyecto por etapas
El propósito de quienes están a cargo de contar lo que pasó en el Naranjal de Pereda hace siglos no termina con lograr un tour por el lugar.

“Cuando iniciamos el recorrido encontramos un basural, y vimos que mucha gente desconoce el sitio o solamente conocía relatos, por eso en esta primera etapa realizamos recorridas históricas en las que vamos contando qué había allí para que la gente comience a apreciar, a darle valor al lugar, ya que ahí nace parte importante de la ciudad”, indicó uno de los guías.

Próximamente, en lo que denominan “segunda etapa”, comenzarán las visitas escolares con relatores que contarán la historia a los visitantes, para que las generaciones venideras conozcan cómo vivieron los primeros pobladores de la zona. Según indicaron quienes están a cargo del espacio, la etapa final supone la construcción de un parque histórico.

En el Naranjal de Pereda aún permanecen las construcciones que correspondían al famoso saladero que se encontraba allí. Uno de los más fuertes de la región, junto con el que funcionaba también en el ahora conocido arroyo Manzores.