Conocé el origen de nuestro símbolo cultural, un
recorrido donde podés aprender mucho sobre aquello que disfrutás todos los días
y nos representa a los argentinos.
Mendoza online por Anabel Vignoni 28 de Junio de 2017
A lo largo y ancho de nuestro país se dan cita
manifestaciones que reúnen la identidad y el sentir de cada pueblo y hasta cada
región. En cada expresión, se escribe nuestra historia, en nuestros paisajes y
costumbres.
Las posibilidades para conocer y adentrarnos en
nuestros orígenes son múltiples: durante todo el año y en todo el país, se
suceden ceremonias ancestrales y fiestas populares, hay celebraciones para
agradecer y para festejar; también tradiciones gauchas y conmovedoras
manifestaciones de fe.
Así, entre música y bailes, poesías y rezos, se pueden
andar caminos que hablan de historias milenarias. En algunas paredes de pueblos
lejanos, es posible descubrir huellas originarias. Y en la arquitectura -y la
cocina- de los pueblos, también se resumen los innumerables aspectos que forman
el ser argentino.
La historia de nuestro símbolo más representativo, la
yerba mate o como algunos lo llaman el "oro verde".
Rutas y secretos de la yerba mate en Misiones y
Corrientes
La yerba mate está fuertemente arraigada a la
cultura litoraleña no sólo por su importancia en la economía productiva
regional sino también por su historia. Fueron los guaraníes quienes
transmitieron a los jesuitas la forma de consumir yerba mate a través de
infusiones (lo que en lengua guaraní se llamaba "Caá-Mati") y los
primeros cultivos de este árbol silvestre datan del siglo XVII, constituyéndose
en una fuente importante de recursos para las reducciones jesuítico-guaraníes.
Esta impronta fue continuada por los inmigrantes que se establecieron en estas
tierras y puede rastrearse en los museos y sitios históricos a lo largo de la
Ruta.
La producción de nuestro "oro verde" se
puede conocer desde las plantaciones hasta la cosecha. Degustar un buen mate o
un tereré y gastronomía basada en este ingrediente junto a familias rurales es
tan enriquecedor como sabroso.
El
mate, nuestro compañero de viaje, de cada reunión y hasta en la soledad, porque
lo tomamos mucho, sin darnos cuenta de lo poco que sabemos de él. Por suerte,
esto se soluciona en la Ruta de la yerba mate, llena de encanto guaraní.
Desde allí empieza el recorrido en la ciudad de
Apóstoles, aquella que creció con el esfuerzo de polacos y ucranianos llegados
a fines del siglo XIX. Aquí se invita a los visitantes a La Cachuera, donde se
puede participar del proceso de elaboración de la yerba y descubrir la historia
del mentor del establecimiento, Juan Szychowski, cuyos inventos maravillan:
hizo una máquina envasadora y una represa en el arroyo Chimiray, a fines de la
década del 20, para mover con la fuerza del agua un molino de arroz y maíz.
La ruta avanza y recorre caminos y casas en las que se
puede apreciar el proceso de producción de la yerba mate, desde las extensas
plantaciones hasta la cosecha de la misma, el secado, la molienda y el envasado
final, ese que llega a nuestros hogares. Además, en el recorrido se aprende a
catar diferentes tipos de yerbas, se descubren propiedades energizantes de las
que muchos le adjudican y se conoce en detalle la "ceremonia del mate",
que a veces se olvida en el vaivén de la rutina.
¡Y es Misiones! Así que hay que probar la infusión
como dios manda, nada de mates modernos. Las rondas corren en el mate calabaza
larga y de boca ancha, caliente si hace frío y en su versión helada, tereré, si
el calor agobia.
Eso no es todo en el recorrido, también se degustan
platos, postres y bebidas preparados en base a yerba mate y, entre ronda y
ronda de sabores, se emprenden cabalgatas y caminatas por las plantaciones,
para sentir el perfume de la yerba fresca y tocar las hojas que crecen bajo el
sol. Ya de noche, ir a descansar al casco antiguo de una estancia o a la casa
de algún colono dispuesto a compartir las costumbres de las familias rurales
corona el viaje.
Entonces sí se duerme tranquilamente, habiendo
aprendido las singularidades del "oro verde", que forma parte de
nuestra identidad y nos une como argentinos.