El progreso de Posadas, marcado por el apogeo de la yerba y el turismo

Diario El Territorio | Domingo 1 de septiembre de 2019
La sede de la Asociación Rural Yerbatera Argentina se construyó a principios de la década del 30. | Foto: Natalia Guerrero

Por Emmanuel López Del Vallepolitica@elterritorio.com.ar 

El casco céntrico de Posadas exhibe buena parte de la historia de los primeros años del siglo XX. Cuando aún Misiones era Territorio Nacional, diversos establecimientos comenzaron a levantar sus primeros muros. Detrás de fachadas imponentes se cobija la historia de los lugares que marcaron un hito en el desarrollo económico y turístico de la región.
La Catedral posadeña, la Sociedad Española, la Logia Masónica Roque Pérez y la Casa de Gobierno son algunos ejemplos de lo que hoy constituye el casco histórico de la capital.
A ello se suman dos instituciones clave: la Asociación Rural Yerbatera Argentina (Arya) y el Hotel Savoy. Tales lugares conforman hoy puntos de referencia por la arquitectura majestuosa de sus fachadas y fueron el epicentro de los inicios del crecimiento de Posadas, en el caso del hotel, y de la primera sede mundial sobre la yerba mate.


De Posadas al mundo

Con el afán de defender los intereses materiales y morales de los productores del sector, en 1937 se creó la Arya e instaló sus bases en Posadas. Esto marcó un hito en la historia, ya que fue la primera entidad del mundo sobre cuestiones ligadas a la plantación de la yerba. Al mando de Pedro Núñez, que fue el primer presidente, la asociación comenzó con sus primeros pasos con sus mandatos en 1937 y, once años después, en 1946, su funcionamiento en la histórica sede.

El lugar elegido fue en la Casona Lafuente, en la esquina de las calles Santa Fe y San Lorenzo. Fue construida por el ingeniero Juan Cavallo de Lafuente y su ideal original era para vivienda familiar. Sin embargo, tiempo después, funcionó como Consulado de Alemania hasta que durante tiempo después constituyó como sede principal de la Arya. Luego, fue la delegación naval de la Armada Argentina, después un restaurante y actualmente la asociación yerbatera comparte sede junto con la Sociedad Rural de Misiones.


Línea de tiempo
La yerba constituyó uno de los puntapiés para la consolidación económica y productiva de las provincias, ya desde principios del siglo XX.
Liliana Rojas, vicepresidente de la Junta de Estudios Históricos, expresó a El Territorio que “la Asociación Rural Yerbatera Argentina fue una de las primeras organizaciones para nuclear y defender los intereses de los productores de yerba, tabaco y tung”.
Según plasmó en el libro Historia de la provincia de Misiones del siglo XX, “Arya surgió en 1932 en Capital Federal como Unión Agraria Yerbatera, que fue fundada por productores de Misiones y Corrientes. Al poco tiempo, la aguda crisis yerbatera impulsó un movimiento de proyecciones populares y el desplazamiento del manejo de los intereses económicos hacia la capital del Territorio Nacional de Misiones”. Luego, en 1936, esa asociación modificó su nombre y, un año después, su estatuto, para pasar a llamarse Asociación Rural Yerbatera Argentina e instaló su sede en Posadas.
“El edificio del centro fue construido también mediante la contribución voluntaria de sus afiliados, aportando cada uno de acuerdo a la asignación de la cosecha que tenían”, afirmó. Fue en 1946 la inauguración oficial de la sede.
“Somos una de las asociaciones más antiguas de todo el país, y siempre acompañamos todos los reclamos para consolidar un sector que siempre tuvo sus antibajos, pero la prioridad persiste”, expresó a Heriberto Friedrich, actual vicepresidente de la Arya.
Según indicó Friedrich, fue en la sede de la Arya donde se pensaron y redactaron las bases del proyecto para la creación en 2001 del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym), “con la premisa de seguir defendiendo los intereses del sector”.

Patrimonios locales y nacionales
Al momento de transitar por las calles de Posadas, se exhibe parte de la historia local.
Entre ellas, en Sarmiento y Colón, se montó un hotel que marcó una época en la capital provincial. Fue en 1912 cuando el empresario francés Domingo Barthe compró el terreno donde montó el hotel que llevaría como primer nombre France Hotel. Ese fue el lugar elegido para celebrar, tiempo después, el casamiento de su hija, algo que, por otro lado, no pude ser comprobado y trascendió como mito urbano.
Un salón comedor con espacio para espectáculos, restaurante, 60 habitaciones, agua fría y caliente en todos los baños, ventiladores eléctricos en cada uno de ellos y un ascensor -que en ese momento eran pocos los edificios que tenían- caracterizaron al emblemático hotel que recibió a miles de turistas. En 1925 el emprendimiento cambió de nombre para pasar a llamarse Hotel Palace y, más adelante, a partir de 1942 recibió el nombre de Hotel Savoy, como se lo conoce hasta la actualidad.
Con el paso del tiempo, y producto de varias remodelaciones, en 1980 el hotel mermó en el caudal de clientes y tres años más tarde cerró sus puertas.
Inspirado en las fachadas de los hoteles de Francia y su estilo ecléctico, que caracterizó a buena parte de las obras del siglo pasado, se decidió declarar patrimonio municipal al lugar.
Actualmente la infraestructura se mantiene en pie pero carece de cuidado alguno, tanto en el interior como exterior de la obra de uno de los hoteles más relevantes con los que contó Posadas.
En el caso de Arya, la construcción estuvo a cargo de Victorino Mutinelli y Aldo Mazzanti. La residencia urbana de época plasma su carácter de “villa” en su implantación sobre jardín arbolado que la rodea, el uso de galerías en sus dos plantas y su propuesta pintoresquista, que pone acento en el uso de arcos adovelados renacentistas. Su aire general semirural de fuerte impronta ecléctico, conjuga reminiscencias italianas con pinceladas españolas andaluzas.
Sin embargo, el paso del tiempo se nota en la fachada de la estructura, que requiere de mantenimiento constante.
“Logramos que el edificio sea un patrimonio histórico. Actualmente estamos arreglando, pero con dinero propio y siempre vamos en la búsqueda de recursos para, por ejemplo, comprar y reparar las tejas del techo. Es una entidad muy fuerte y hoy tenemos que conservarlo porque es parte de la historia de Posadas, del país y del mundo”, concluyó.