Impulso Negocios-Telam: La Ruta de la Yerba Mate como producto turístico y cultural argentino

La Ruta de la Yerba Mate, entre Misiones y Corrientes, ofrece singulares experiencias al turista y apunta a ser patrimonio mundial.

La Ruta de la Yerba Mate (RYM), un producto turístico y cultural único en el mundo, ofrece a quienes visitan Misiones y Corrientes recorridos que los trasladan por establecimientos y también por la historia, la cultura y la gastronomía, con singulares experiencias.

Esta columna vertebral yerbatera argentina agrupa unos 250 emprendimientos, visitados por cerca de 200.000 turistas por año, quienes además se conectan con los principales atractivos misioneros y del norte correntino.

Son establecimientos familiares, granjas orgánicas, cooperativas y grupos industriales exportadores a gran escala, de los cuales cada vez se abren al turismo, incorporan gastronomía y hospedaje a sus actividades, y trasladan ese movimiento a los ámbitos turísticos tradicionales.

El turista que elige esta opción está interesado en conocer todo el proceso de la producción de yerba y participar en esas y otras tareas rurales, que se mueve por diversos circuitos e impacta en los sectores hotelero, gastronómico, de transporte, agencias de viajes, contrata guías, choferes y otros servicios.

Misiones declaró a esta ruta “Patrimonio Cultural, Histórico, Turístico, Paisajístico, Productivo, Gastronómico e Industrial”.

La idea es poner esta “Ruta” a la misma altura y nivel que las Cataratas del Iguazú, los Saltos del Moconá, las reducciones jesuíticas de San Ignacio y todos los atractivos que están como política de Estado sobre turismo de la provincia.

Asimismo aseguran que les dará el impulso para lograr la declaración de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, trámite iniciado en 2017 ante la Unesco.

UN CAMINO “RE-CREADO”

La Ruta de la Yerba existió históricamente: “En 1645 arrancaba con una ruta de comercialización para abastecer a los pueblos guaraníes de las reducciones jesuíticas”, cuando “era el ‘oro verde’, que los jesuitas intercambiaban por metales preciosos en el Alto Perú” señalan crónicas históricas.

Sobre la época ideal para ver el proceso completo, la temporada es durante la zafra yerbatera, del 1 abril al 1 de octubre; de octubre a febrero o marzo, ven la molienda y envasado solamente.

Los circuitos de la yerba mate pueden empezar en cualquiera de los accesos a la zona de producción de las dos provincias, desde Puerto Iguazú hasta los Esteros del Iberá, con todas las opciones que hay entre estos dos parques nacionales.

Los turistas pueden recorrer y observar las tareas, además de -en algunos casos- participar en el proceso de producción, y muchas estancias y localidades cuentan con museos y monumentos yerbateros o proyectan filmes con la historia de la actividad.

SORPRENDEN SUS PROPIEDADES GASTRONÓMICAS

También les sorprende las posibilidades gastronómicas de la yerba mate, cuando les presentan platos con este componente, como carnes, mousses, pastelería, panes, licores y alfajores.

Un ejemplo de ellos es la pizza: “La masa se hace con una reducción de mate cocido o yerba mate soluble, tomate cherry de Misiones, queso misionero o correntino, chips de mandioca frita rallada, gratinada con queso misionero y flambeada con licor de yerba”.

En Corrientes, una estancia ofrece carne marinada con yerba mate, al espolvorearla como si fuera orégano, algo que, contrarresta el ácido úrico.

La Ruta de la Yerba Mate tiene “más hoteles, bares, restaurantes y confiterías que cualquier entidad de Misiones”, que antes sólo ofrecían café o té al turista, pero ahora “a todos les decimos que tienen que tener al menos un producto del sector gastronómico y uno de bebidas en base a yerba mate”.