Yerba mate, la de ayer y la de hoy en el museo de la Y.M. de Balneario Reta en la Ruta Nacional de la Yerba Mate

Fuente AN Digital

 Una pareja de docentes llegó hace algunos años a Reta con una particular colección en las alforjas. Ya instalados en la localidad balnearia, le dieron rango de museo a su tesoro que, en cierto modo, es testigo de la historia argentina. Un catálogo de “momentos”, según reseñan ante ANDigital. La propuesta se completa con un matebar y su propia marca.




TRES ARROYOS-BUENOS AIRES (ANDigital) En el balneario Reta, sur de la Costa Atlántica, se sitúa un espacio único, destinado a conservar y difundir la historia y cultura de la yerba mate como patrimonio del pueblo.




Se trata del Museo de la Yerba Mate, declarado de Interés Turístico y Cultural por el partido de Tres Arroyos, un establecimiento que abrió sus puertas en 2017 y desde entonces recibió miles de visitas, siempre de manera libre y gratuita.
La idea es realizar un recorrido por la historia de la yerba mate a través de sus envases. Hasta hoy, son 1400, todos recolectados por los creadores del espacio, Mabel Salmoni y Fernando Buonsanti.
“Desde hace 35 años coleccionamos envases, es un hobby y una pasión de toda la vida. Siempre estuvieron en nuestra casa junto a cientos de mates y una parte la íbamos llevando a distintos lugares, con carácter itinerante”, reseña la mujer.

La pareja, ambos docentes, se afincó hace algunos años en Reta y fue en esta apacible localidad balnearia (con la temperatura del agua del mar unos 5 grados por encima de todo el resto de la Costa Atlántica) donde decidieron darle el definitivo lugar físico a su valiosa colección “para que todo el mundo pueda disfrutarla”.
“Cuando vivíamos en San Martín de Los Andes no había muchos suministros y debíamos comprar algunas cosas en Neuquén capital, por eso el que venía de visita traía un paquete de yerba y en ese momento lo guardábamos también por una cuestión de afecto”, acota Fernando sobre la involuntaria génesis del Museo.

Y -a coro ante ANDigital- afirman: “la colección no es sólo de envases, sino de momentos, casi todas esas yerbas las tomamos nosotros, eso es también lo que uno transmite”.


A la hora de destacar “joyas” del catálogo, Mabel señala un envase que les llegó desde la cárcel de Batán: “fue por intermedio de una amiga que daba clases de filosofía allí, los presos se enteraron de la colección y con una hermosa carta nos enviaron un ejemplar que sólo llega a las unidades penales, no disponible en el mercado”.

Y su compañero resalta: “el packaging fue evolucionando mucho y en ello se muestra también la historia del país”.

“En el Museo se ven bolsas gigantes de arpillera, cajoncitos de madera, envases de lata y de vidrio. Vamos viendo el cambio, la evolución y cómo el producto mismo se fue modificando y hasta dónde llega hoy por hoy la yerba mate, gracias a esos envases, dando la vuelta al planeta”, completa.

Matebar

Se trata de un espacio particular dentro del Museo, con una mística propia, para tomar mate y degustar más de 20 variedades de yerba y también permite el armado de blends.

Reconociendo afición personal por yerbas más bien “con cuerpo” y de carácter “intenso”, Mabel y Fernando coinciden en el punto exacto para el producto que ofrecen en la tienda: “vamos por el gusto original, viajamos muchos a Misiones, nos nutrimos mucho todos estos años, incluso visitando yerbatales. Y aquí trajimos con un gusto particular, que se sigue haciendo de la forma artesanal”.


Haciendo propias las palabras del poeta, ensayista y periodista Amaro Villanueva, fundador de la Academia Porteña del Lunfardo, subrayan: “no es lo mismo cebar que servir”, e invitan a todos a disfrutar de la calidad desde el primer al último mate, matizado con documentación oficial, revistas y material alusivo sobre la más entrañable de las infusiones.

Un paseo por la historia, cultura y tradición yerbatera a través de sus envases en calle 44 entre 43 y 47, Reta. Integrado a la oferta turística de la Costa Atlántica, el Museo es una escala de la Ruta Nacional de la Yerba Mate que -aún lejos de la tierra colorada- propone un itinerario sustentado en parte del patrimonio de los argentinos. (ANDigital)